domingo, 23 de mayo de 2010

Asia y el comunismo. Sucesos continentales de un movimiento mundial.

Germán Sosa Castañón


El comunismo fue un movimiento político y social que sacudió los cimientos de una gran parte de las culturas del planeta y no sólo estuvo restringido a los países que más comunmente se asocian con la palabra comunista, como Cuba o Rusia. Por su carácter global y globalizante comprendió una ideología en el que las culturas más distantes podían verse identificadas formando un fuerte vínculo de pertenencia, desde América hasta el continente asiático. Con el bloque soviético derrumbado y la actual evolución del comunismo chino, podemos pensar, viviendo nuestra realidad mexicana, que Cuba es lo más cercano al comunismo. Sin embargo, como pretende mostrar este artículo, este movimiento sigue vivo en muchos lugares, y sus futuras evoluciones y resultados todavía están por verse.

Desde los años de Marx existieron amplias discusiones acerca del cómo se iba a lograr la destrucción del Estado capitalista, y dentro del proyecto cuál sería el papel de Asia. Sin embargo, al
ser el comunismo una corriente diseñada principalmente para las naciones de Europa occidental, el papel que se le designó en ese entonces al continente asiático fue el de un buen prospecto sólo si emprendía un proceso civilizatorio encaminado a adoptar las estructuras socio-económicas europeas. Para Marx una condición sine quo non para que un país pudiera iniciar la revolución era la existencia de un sistema de producción capitalista-industrial; así, el proletariado industrial se pensaba como la única fuerza capaz de llevar a cabo el movimiento.

Rusia, como el resto de Asia, no poseía un desarrollo industrial considerable; por lo tanto, no contaba con el número de obreros necesarios para la revolución. Con esto en mente, Lenin se dio cuenta que el determinismo socio-económico del marxismo era uno de los más importantes obstáculos de la ideología revolucionaria en Asia; ya que en este continente, según la teoría del pensador alemán, predominaba un sistema despótico asiático, el penúltimo en la escala evolutiva marxista. Para Lenin, existía un elemento de voluntariedad, con el cual un país sin las condiciones citadas podía iniciar su lucha revolucionaria: con un grupo de dirigentes preparados, una nación sin una cantidad importante de obreros podía plantar la lucha social por medio de los campesinos o cualquier otro tipo de trabajador explotado.


Estas reformas abrieron las puertas de Asia a este movimiento, lo cual tuvo importantes repercusiones en la historia de muchos países de la región. Así, aunque Vietnam, Laos, Corea del Norte y China sean los únicos países en el continente que actualmente tienen un gobierno denominado comunista, muchos otros países pasaron por momentos de lucha revolucionaria, pasiva o activa, y algunos otros hasta la fecha siguen teniendo un partido de dicha afiliación política en sus filas.

Las ideas comunistas fueron recibidas en distintos tiempos y formas en toda Asia, y a continuación
veremos algunos casos. En India, la dominación que se sufría a manos de los británicos desde la segunda mitad del siglo XIX dio un buen motivo para que el comunismo fuera aceptado por una parte de la población, como una ideología política que tenía por fin erradicar el colonialismo y la explotación del que eran víctimas. M. N. Roy (1887-1954), de origen bengalí, fue uno de los principales representantes de Asia en el debate comunista internacional y en 1920 ayudó a formar el Partido Comunista de India, el cual perduró aún después de la independencia en 1947 y la instauración de la democracia. Esto último dio al partido un nuevo sentido a su lucha en aquel país. La guerra entre India y China, iniciada en la década de los años 60, creó un ambiente de disidencia dentro de las filas del partido al tratarse de una guerra entre un país comunista (China) y otro
supuestamente capitalista (India).
Las discusiones internas, por esta y otras razones, crecieron de tal modo que terminó por dividir al partido en dos Partidos Comunistas de India, que hoy en día siguen existiendo. Otro Partido Comunista que continúa en funciones actualmente es el de Japón. Fundado al igual que el partido indio en la década de los años 20, y que hoy en día aparenta estar en crecimiento. Esta agrupación, a pesar de haber sido prohibida y perseguida desde su fundación hasta la ocupación estadounidense al término de la segunda guerra mundial, no demuestra en su historia un carácter esencialmente combativo. Su manifiesto demuestra tener un proyecto liberal nacionalista sobre la democracia y las relaciones exteriores de Japón. Fue la única entidad política japonesa que se opuso a la ocupación de China, a la participación en la segunda guerra mundial, y más recientemente a la remilitarización de Japón. Actualmente, aquella postura antimilitarista ha ido mermando con distintas proclamas acerca de los beneficios de una fuerza armada nacional. Esto nos puede dar una idea sobre el cómo un partido comunista pudo adaptarse a un país cuya realidad es esencialmente adversa.

Un caso parecido nos lo presenta Filipinas donde, aun hoy, se encuentra activo su partido comunista. El Partido Comunista de las Filipinas que vemos en la actualidad se formó en 1969,
por separado del partido que originalmente se había creado en 1930. Desde su fundación ha estado levantado en armas en contra del gobierno republicano, y no fue hasta 2007 que se declaró un armisticio donde se le dio reconocimiento oficial al partido. Sin armas en la mano, este grupo sigue en abierta oposición al presidente electo de este país.

Como lo muestran estos ejemplos, la ideología comunista se acopló y evolucionó con los años de
acuerdo a la realidad de cada región de Asia. En pocos países se alzó como la corriente vencedora y en algunos sigue presente aunque sin ser una fuerza importante como en Sri Lanka, Japón, India o en los países actuales que antes ocupaba la Unión Soviética; y en otros países, como Mongolia y Tailandia, la lucha comunista desapareció. Este movimiento, cuya base ideológica se propuso modificar las estructuras políticas más fundamentales de la época, tuvo resultados muy diversos, e incluso hoy no sabemos qué vuelcos tendrá en el futuro tanto en Asia como en nuestro propio continente.

Referencias:
Schram, Stuart y Hélène Carrére DEncausse, El marxismo
y Asia, 1853-1964, Argentina, Siglo Veintiuno, 1974.

http://es.wikipedia.org
http:// www.jcp.or.jp

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